domingo, 26 de julio de 2009

Conjuro...

Si aún brota en sus entrañas
aquel amor que fue eterno,
que se conjuren entonces estas palabras
de pasión y desenfreno:
Que caiga del cielo la estrella
que ha hecho presos sus sentimientos
y la cordura antaño perdida
vuelva pronto a su pensamiento.
Que Natura ingente y majestuosa
se incline ante la bondad
y haga de este conjuro incierto
una cierta realidad.
Que al arder esta hoja
el hechizo se cumpla,
que dioses y sombras
se conjuren ante la Luna.
Que la Noche se haga eterna
si no brota sangre de la herida,
si mi Amor no recupera
la cordura perdida.
Que este conjuro se haga
tan pronto la sangre caiga
y el fuego abrase la tinta
de esta hoja y sus espinas.

¿Y mañana?

Ya no hay un nosotros.
Ya no hay un después.
Ya no me contento
con el tacto de tu piel.
Ya no hay sangre en las heridas,
ni más lágrimas que verter.
El castillo resplandece vacío
porque tus ojos se niegan a ver.
Ya no hay silencio amigo
que pueda esta pena socorrer.
Ya no hay aliento, ni abrigo
en el que me pueda guarecer.
Ya cae lenta, lúgubre, áspera,
de este cielo baldío, la nieve
que se amontona en tu jardín
porque esa nube negra no te deja ir.
Ya no hay esperanza viva.
Ya no hay más sonrisas.
Ya no quedan lágrimas.
Ya se quiebran las caricias...
¿Y mañana? Será otro día.