viernes, 18 de diciembre de 2009

No es suficiente

No basta cruzar las piernas,
ni susurrarte al oído,
ni que en tus mejillas
se balanceen mis rizos.
No basta con abrazarte,
ni rezar ante tus ojos,
ni que al mirarte
descubras mis despojos.
No basta con quererte,
ni con caer de rodillas,
ni pensar en adorarte
con tantas y tantas espinas.
Ya sabes que mi voz se quiebra
cuando me miras,
que mi cuerpo tiembla
y no hay salida.
Ya sabes que caigo en tus manos,
que me arrodillo a tus pies...
que no hay nada como tu amor
para encadenarme a tu piel.

sábado, 5 de diciembre de 2009

De verde...

De verde se tiñe el cielo
Envidioso de tu nombre,
De verde las praderas
Alejadas de su monte.
De verde se visten
Mente y pensamientos,
De verde la cadencia
De tus inmensos recuerdos.
De verde escribiré este poema,
Pero no como tus ojos almendra.
De verde como la esperanza
Que impregna tu nombre,
De verde como la sonrisa
Que alienta mis noches.
De verde como el abrazo
Que en silencio escondes.
De verde tiño el cielo,
Envidioso de tu nombre.
De verde visto mi memoria,
Sediento de tu existencia.
De verde....

sábado, 14 de noviembre de 2009

La Luna olvidó parir

Te escribo desde la noche
Que vio nuestro amor quebrar,
Con lágrimas en los bolsillos
Que el corazón no pudo guardar.
Te escribo por el silencio
Que me condena al sin vivir,
Por el desprecio mal apercibido
Que me obliga a seguir.
Te escribo desde la distancia
Que la cordura nos impuso,
Porque locura andaba perdida
En laberintos oscuros.
Te escribo por la flecha fallida
Que Cupido a tientas y a ciegas
Intentó disparar en nuestras almas:
Tristes, rotas, heridas…maltrechas
Por estos caminos que el arcano
Impone que persistan escondidos
A los ojos de los enamorados.
Te escribo desde la oscuridad del amor,
Desde el dolor de la liberación,
Desde el amargo saber del delito,
Desde el placer de lo prohibido.
Te escribo desde la luz que partió
Al quebrar los lazos que nos unió
Aquella noche sin color, sin vivir,
Aquella noche que la Luna olvidó parir.

domingo, 25 de octubre de 2009

Si pudiéramos. Si pudieran...

Si los muertos recordaran,
si los muertos pudieran llorar,
compartir el dolor que dejaron
al tomar de la mano su destino.
Si los muertos pudieran oír
ese “te quiero” que balbucea
los labios ya cansados de gritar.
Si los muertos pudieran sentir
la humedad de nuestras manos,
impregnadas de secar tanto llanto.
Si el duelo pudiera olvidar,
dormir, descansar, esperar…
Esperar desde el ancho cielo
a todos los que atrás quedaron.
Si el duelo pudiera comprender
la tristeza del que se marchó,
del que dejó atrás tantos recuerdos,
tanta ternura, tanto amor…
Si los muertos pudieran volver…
Si el duelo pudiera olvidar…

miércoles, 14 de octubre de 2009

La tumba de Antígona

- Reflexión: El poder vs Natura.

[...] Lo rojo de la sangre, la tierra se lo queda para dárselo a las flores, esas que nacen porque sí, las azulinas, las violetas, las amapolas que nacen donde menos se las espera. La Tierra lo arregla todo, lo distribuye todo. Bueno, quiero decir estas cosas, si la dejan. Pero no la deja, no. No la dejan nunca ellos, los que mandan. ¿La dejarán alguna vez que haga su trabajo en paz? Le sustraen los muertos, o se los echan con una maldición atada al cuello. Y luego, ¿me ves aquí?, le echan criaturas vivas, vivas como yo lo estoy, más viva que nunca, viviente de verdad. [...]
María Zambrano.

domingo, 27 de septiembre de 2009

A mi ángel esmeralda

Duerme en mi lecho un ángel,
Que busca los latidos
Que desprende su pecho,
Que aguarda mi silencio.
Vela por mí un ángel
De eterna sonrisa,
De figura exultante
Que me arrebata la vida.
Este ángel, del que te hablo,
Amiga, lo conocerás:
Dos esmeraldas lo iluminan,
La tierra corre por sus venas,
El Sol le hace refulgir
Entre tantas sombras difusas.
Sus manos acarician al tocar
Y sus fuertes brazos te rodean
Ante la lágrima fatal.
Por corazón oro creo que ha de poseer
Y los poros de su piel
El veneno del que yo he de beber.
Amiga, él cree que no le amo,
Que los versos que escribo ya no son para él…
Pero ¡qué poco sabe de nuestro secreto!
No sabe que por las noches velo su sueño,
Que muero por cada aliento, por sus besos,
Que me desvivo en su silencio
Y que rauda vuelo en su necesidad
Si sus ojos atisban una lágrima maldita.
Me contempla con desdén:
No sabe que te cuento todo el amor que siento,
No sabe que al mirar por la ventana contemplo
El silencio partícipe de nuestros secretos.
Pero permíteme, amiga,
Que sepa que vive en mi recuerdo,
Que mi corazón lo tiene preso
A pesar de mis anteriores versos.
Quiero decirte, Mi Ángel,
Que te escribo desde la distancia
Que nuestras prendas interponen,
Que te escribo con el alma desnuda
Para que en ella escribas tu promesa,
Mi condena, mi tortura…
Quiero decirte, mi vida,
Que no sé dar término a esta poesía,
Pues es tan grande el amor que siento
Que podría seguir escribiendo mil vidas.
Y perdona si no encuentro un bello final
A este poema que te dedico,
A este amor que te prodigo,
En mi alma tan sentido…

lunes, 24 de agosto de 2009

No es para mí.

¿Qué ocurre cuando te sientes insignificante, cuando una gota de rocío es más importante, pues ha de humedecer la rosa del jardín para que continúe siendo la más hermosa del rosal; aquella que cortan tus manos para su ramo, esa flor tan delicada que se cuida de no herirte?
¿Qué ocurre cuando sientes que te han abandonado, cuando llegas y encuentras la casa vacía, sin mensajes en el contestador, sin una nota, sin un mísero posit en la nevera; cuando el vacío gira en torno a ti y soledad te devora; cuando vives aferrada al móvil por si llama?
¿Qué ocurre cuando todo es silencio, cuando sólo oyes los ecos de tu pensamiento, cuando late el corazón de ruín furia, cuando desolación golpea incesante tu pecho?
¿Qué ocurre cuando quieres saber y no hay respuesta, cuando el miedo corrompe los minutos de tu asfixiante existencia, cuando mires donde mires sólo hallas preguntas y es el silencio tu respuesta?
¿Qué ocurrirá cuando me leas? ¿Acaso caerá una lágrima o se cristalizará tu mirada? ¿Acaso dejarás entrever una sonrisa cómplice de mis desgracias? ¿Acaso nunca me leas? ¿Acaso te enojes por mi insolencia? ¿Acaso me llames desde tu monte a gritos? ¿Acaso te llevará la brisa esta angustia?
¿Qué ocurrirá si no me llamas pronto?
¿Qué ocurre cuando te sientes insignificante, cuando sabes que esa rosa que se posa en tus manos y te sonríe enamorada, no es para ti?
No es para mí.

jueves, 6 de agosto de 2009

Sal

Erato me ha abandonado.
Soledad ha helado mi alma.
Esperanza ha alzado el vuelo
Dejando tequila y sal en la jarra.
Pandora ya es un recuerdo,
Y el hombre una mentira:
Ella muere en el tiempo,
Él cubre con sal mis heridas.
Estos pensamientos trastornados
Son el caos de mi ánima,
No pueden dormir tranquilos,
Ni pueden descansar en paz:
El viento los azota incansable,
El mar les ayuda a zozobrar
Y los latidos de mi pecho
Ya no saben si amar o llorar.
Están en carne viva y ensangrentada
La memoria de nuestro ayer,
No hay remedio para la agonía
Ni para olvidar tu piel.
Este hielo en mis venas
No me permite padecer,
Se convierte en piedra el pecho
Y se acerca nuestro anochecer:
El fin de un amor que fue eterno
En las efímeras entrañas del ayer.

domingo, 26 de julio de 2009

Conjuro...

Si aún brota en sus entrañas
aquel amor que fue eterno,
que se conjuren entonces estas palabras
de pasión y desenfreno:
Que caiga del cielo la estrella
que ha hecho presos sus sentimientos
y la cordura antaño perdida
vuelva pronto a su pensamiento.
Que Natura ingente y majestuosa
se incline ante la bondad
y haga de este conjuro incierto
una cierta realidad.
Que al arder esta hoja
el hechizo se cumpla,
que dioses y sombras
se conjuren ante la Luna.
Que la Noche se haga eterna
si no brota sangre de la herida,
si mi Amor no recupera
la cordura perdida.
Que este conjuro se haga
tan pronto la sangre caiga
y el fuego abrase la tinta
de esta hoja y sus espinas.

¿Y mañana?

Ya no hay un nosotros.
Ya no hay un después.
Ya no me contento
con el tacto de tu piel.
Ya no hay sangre en las heridas,
ni más lágrimas que verter.
El castillo resplandece vacío
porque tus ojos se niegan a ver.
Ya no hay silencio amigo
que pueda esta pena socorrer.
Ya no hay aliento, ni abrigo
en el que me pueda guarecer.
Ya cae lenta, lúgubre, áspera,
de este cielo baldío, la nieve
que se amontona en tu jardín
porque esa nube negra no te deja ir.
Ya no hay esperanza viva.
Ya no hay más sonrisas.
Ya no quedan lágrimas.
Ya se quiebran las caricias...
¿Y mañana? Será otro día.

lunes, 29 de junio de 2009

A mis dos amores...

Me pregunto dónde estás y qué estarás haciendo. Si aún te acuerdas de mí, si sigo viva en tu pensamiento, pero sé que estás lejos...
Allí donde las nubes se enredan con tus cabellos, allí donde el cielo es una ilusión que se pierde en tus ojos, donde el aire acaricia y el sol brilla con una sonrisa.
Me pregunto si aún me quieres, si recuerdas el tacto de mis labios al rozarse con tus mejillas, si no has olvidado la mano temblorosa que tendía a tus ojos para ayudarte a caminar. Pero estás lejos.
Allí donde sólo mi imaginación puede colocarte, en un lugar tan alto que da vértigo pensarte. Estás allí, tan al fondo, tan hondo...
Me pregunto si leerás estás líneas, si por muy alto que las grite las oirás, si tu corazón y el mío siguen tan unidos como para sentir estos garabatos, estas palabras tan vacías... Pero estás lejos...
Allí donde se esconden mis lágrimas. Allí donde brota la sangre. Allí de donde te intentan arrancar y no pueden. Allí donde la sombra es el olvido del amor. Allí donde escribiré mi epitafio.
Allá en mi alma, allá lejos...

sábado, 6 de junio de 2009

Huele a soledad

Huele a soledad mi cama,
huele a trsiteza este lugar,
respiro olvido y ausencia,
pierdo el norte, mi caminar.
Esta vereda de zarzas
me despoja de las prendas,
ensangrientan mi mirada
esas espinas tan alargadas
que se agarran a mi piel,
que desgarran poco a poco
estos suspiros, estos poros,
esta soledad, este momento,
estas insulsas horas,
este silencioso tiempo...
que corrompe nuestros huesos,
que hace desaparecer los besos...
Esta vereda de zarzas
ha roto nuestros abrazos,
ha terminado con la sonrisa
que antaño nuestros ojos recobraron.
Pero la lluvia trae consigo
las lágrimas a evitar
y mi sangre se derrama
sin llegar a su final.
Pero huele a soledad mi cama,
huele a tristeza este lugar,
respiro olvido y ausencia,
pierdo el norte y tu amar.

viernes, 5 de junio de 2009

Heroínas

Aunque me levante temprano
El sol ya está en su cúspide.
Aunque esté sola y triste
Tengo el orgullo enterrado
Donde un día me dijiste.
A pesar de tus caricias
Los sueños se rompieron
Al fibrilar en tus ojos
Los recuerdos de una vida.
A pesar de los golpes,
Aunque sangren las heridas,
Me mantengo en pie
Como todas las heroínas,
Como todas las mujeres
Que luchan por una vida digna.
Por el respeto del animal
Que por tener fuerza
No usa su inteligencia
Para el bien de los demás.
Porque somos mujeres
Y no objetos.
Porque somos personas
Llenas de sentimientos
Cuyo corazón es puro
Como el agua del mar.
¡Despertad, mujeres!
¡No os dejéis avasallar!
¡Qué por mucho que nos peguen
No dejaremos de luchar!
¡A sí que no calléis, gritad!
¡Qué el silencio es el arma
Con el qué nos pueden matar!
Sólo si confesamos,
Si decimos la verdad
Nos pondrán tender esa ayuda
Que nos ha de salvar.
No lloremos ni escondamos,
No ha de ser para nosotras
Vergüenza alguna,
Ha de serlo para aquel
Que se cree más hombre
Por pegar a una mujer.
Levantemos la mano
Y alcemos la voz,
Gritémosle al cielo
Que ya no guardamos
Más el secreto.
Y entonces, amigas, nos uniremos
Como aquellas Heroínas del día a día:
Supervivientes de palizas
Y falsas habladurías.

miércoles, 3 de junio de 2009

Soledad en compaña

Tus ojos se pierden en la distancia,

En la letanía de un sueño.

Un sueño en el que me torno fantasma,

Un sueño del que me desvanezco.

Es esta mutua incomprensión

La culpable de este momento,

Es esta soledad en compaña

La que hace florecer el miedo:

Tenernos tan cerca y no saber

Qué hay en tus pensamientos,

Si son sinceros esos besos,

Por qué ya no susurramos te quieros.

Tu respuesta son lágrimas

Que mi corazón no comprende,

Tu respuesta son gritos

Que mi alma ya no entiende.

Y caigo en la desesperanza

Y no hago más que buscar:

Ese pecho donde soñaba,

Ese cuerpo que me enseñó a amar.

Y quizás sea ya hora

De afrontar este momento,

De dar por ganada esta batalla

A Olvido, a Soledad, a Miedo…

jueves, 7 de mayo de 2009

Perséfone

Se desprende de tu boca
la suave cadencia,
la melodía muerta
de la rosa suspendida
en tu jardín de amor.
Jardín del que me expulsaste,
tú, mi dios, mi Eros, mi señor.
Cándida se balancea
bajo este nuevo Sol
que nos muestra un horizonte
tuyo, que mío ya no.
Me apartas de tu vera
y este camino andado
se torna espinos
si no vamos de la mano.
Dame una señal:
mírame, sonríeme,
dame la esperanza
de formar parte de tu piel.
Y si no...ciérrame las puertas
de tu nuevo cielo,
que yo sola partiré
sembrando flores hacia mi infierno.

lunes, 4 de mayo de 2009

Un hoy sin ayer

Hoy ha nacido una rosa
que con ojos tristes me señala
que este frío amanecer
viene teñido de grana.
Ayer me cantó la alondra
desde la alta y verde rama
que no importa cuanto luche
pues tu amor no será espada
de esta alma que se corrompe
escribiéndote tales palabras.
Hoy la brisa no acaricia
este rostro tan querido,
sino que golpea con furia
a este corazón malherido,
preso en tu cárcel maldita
que con versos yo maldigo.
Ayer fue el olvido
quien nos impidió olvidar
el recuerdo de los besos
que no nos quisimos dar,
que quedaron en el tintero
y que hoy enviamos sin miedo.
"¡Pero ayer fue ayer!", me grita Natura
con su agotador tormento,
pero mis ojos ya no ven más allá
de estos poemas sin dueño
que no encuentran un final
si no es con el eterno sueño,
de expiar mi condena
presa de nuevos besos.

domingo, 3 de mayo de 2009

Amor en subasta

El silencio cayó grave
Sobre dos almas heridas
Que perdieron sus alas
En el batir de un nuevo día,
Cayó sobre nosotros el peso
De la promesa incumplida,
Que latente alzó el vuelo
Hacia el inicio de una nueva vida.
Pero fueron tantas las palabras
Que aquella noche no dijimos
Que no comprendo aún
Porque seguimos siendo pájaros heridos.
Quizás fuese el silencio
Lo que tanto daño nos causó
Y mejor hubiera sido decir
Lo que nos llevó a tal rencor.
Pero aquellas palabras que murieron
En el expirar de nuestras bocas,
Aquellas que nuestros corazones guardaron
Cual férreas y pétreas rocas,
Hoy las imprimen nuestras manos
En cartas que han de ser guardadas
En el rincón del olvido,
Bajo la llave del silencio
Que guarda en su nido
Aquél amor herido
Por tus gritos, por mis gemidos.
Por el llanto de la incomprensión
De un amor ya vendido,
Que el tiempo subastó
En la casa de Olvido.

sábado, 2 de mayo de 2009

Por fin,hoy

Hoy te he vuelto a ver
y aquellos sentimientos
en mi entrañas se remueven
presos del cariño y del miedo.
Hoy he buscado una estrella
en este vacío firmamento
donde escribir la promesa
que aquella noche se llevó el viento.
Murió el amor sin apagar la ceniza...
Pero hoy sé que me olvidaste,
hoy empiezo mi nueva vida.
Hoy sé que eres feliz,
¡hoy olvidaré tu sonrisa!

viernes, 24 de abril de 2009

Te escribo II

Sé que para ti sólo soy
Esos versos malditos
Que ayer tiraste en un rincón
Después de reencontrarlos
En aquel cajón perdido
Que escondiste bajo el colchón.
Sé que soy esos poemas
Que intentas olvidar
Porque tu corazón no comprendía
Las palabras de mi llorar.
Porque para ti sólo era la sal
Que acompañaba tus días,
El azúcar que endulzaba
Tus noches de soledad.
Pero nunca te paraste a escuchar
Los sentimientos que componía.
Tú que inspirabas mis noches,
Cuando la brisa me acariciaba
Para tomar esas rimas
Que con la Luna te enviaba.
Que triste me resulta ahora
Terminar este poema
Y con ello volver a recordar:
Que nunca leerás lo que escribo,
Que para ti, sólo soy versos malditos.

sábado, 18 de abril de 2009

Te escribo...

Te escribo desde mi ansiedad,
Desde un papel metálico
Que plastifica mi corazón
Y se ensaña con desprecio.
Te escribo desde la agonía
Del no saber dónde estás,
Desde la tristeza del silencio
Que ahoga mi despertar.
Ya sabes cuánto te diré,
No tengo secretos para ti,
Ya sabes del alma dolorida,
Del miedo, de mi mal vivir.
Pero no sabes del amor que siento,
No sabes del desprecio que sentí,
No sabes de la amistad cegadora,
Ni de la mano amiga que ayuda a seguir.
Te escribo palabras que nunca leerás,
Te escribo versos que no comprenderás.
Te escribo para el desahogo del alma,
Para avivar esta nueva esperanza.
Te escribo porque necesito hacerme creer
Que en algún momento conseguiré olvidar…
Olvidar, aliviar, ayudar, amar… ¡gritar!
Gritarle a la desesperanza
Que no me duele tu olvido
Sino mi descuido de no olvidar,
De recordar con cariño
Todos aquellos momentos vividos, malditos.
Te escribo desde el patetismo
De mi nueva existencia.
Te escribo desde el olvido
De aquellas poesías perdidas…
Pero sé que nunca leerás lo que escribo,
Sé que para ti, sólo son versos malditos.

sábado, 4 de abril de 2009

La noche antes de mi muerte

Hace tiempo que quiero contar una breve historia de dolor. Será tan breve como mi vida, pues no espero remediar esta soledad. Hay algo que me consume, me aniquila. Ataca mis ojos y se traga mi corazón. La mente se atormenta con mentiras de la vecindad.
Ayer era de noche cuando el sol se ponía y miraba a las cumbres con la soledad prendida del pecho. No vislumbré ni una mota de cariño: el afecto lo enterraron en la cima del Tártaro y los defectos del cielo se esconden en el infierno. Tengo la cabeza en el sinsabor de la desesperación y el dolor reluce en los ojos de la muerte.
La piedad en mi cama se hace hombre, brilla en la luz de la lumbre y despega de su suelo volando en su nube. No dejaba ver sus poros un atisbo de esperanza. Sus cruentos ojos atravesaban mi garganta… entonces me dije a mí misma que no volvería a suceder….
Fue una inocente carta, casi de excusa, la que me hizo soñar. Fueron unas palabras que me llegaron al corazón sin a penas tocarlas. Me contó que la flor mientras más tardía mejor, que nuestro amor era así, mas no lo creía. Se trataba de frases que conmovían el alma inaccesible y adolescente.
- Febril criatura- pensé- ¿Por qué no aceptas que no puede ser?
-¿De qué hablas?- me pregunté
-¿No sabes que ese amor está perdido?
-¿Para quién?
- Para nosotras- respondí.
Sumida en el dolor al borde de mi cama me senté; con desprecio miré al abismo.
-¡No lo hagas!
- Dame un buen motivo para no hacerlo porque no tengo solución.
-¿Qué harías sin mí?
-¿Vivir?
Ya inclinada introduje mi mano en la boca. Recorrí mi esófago. Tomé la desviación a la izquierda y lo encontré. Allí palpitaba rebosante de energía el silencio parlante del alma. No sé cómo, pero lo agarré entre mis dedos mientras él se estremecía. En su diástole se escabullía de mí, pero no lo conseguía. Tiré entonces de aquella válvula y sentí como subía por mi cuerpo una tempestad. Me incliné aún más en el borde de la cama y vomité. De pronto, un pez comenzó a nadar en ese lago sanguíneo que había salido de mi boca. Ahí, en ese cruento charco sorteaba los atisbos de la muerte mientras se retorcía sobre sí mismo. Lo miré por un momento sonriente.
Fue entonces cuando comprendí que sin corazón viviremos todos en eterna soledad. Pues el alma y la mente son sombras del subconsciente… aunque nunca comprenderé por qué fallecí aquella noche.

sábado, 21 de marzo de 2009

Diálogo entre astros

-A ver si bebo hasta vomitar y escupo de camino mi corazón para pisotearlo.
- Sí, vomitar hasta las entrañas de la vida para vaciarme de hastío.
-¿Cuál es tu motivo?
- La vida, es el único motivo. La vida, que me ha dado tantos golpes que se los quisiera devolver pero no puedo.
- Con la vida solo podemos disimular las heridas sabiendo que vendrán más.
- Cierto. Y tú, ¿para qué quieres tu corazón?
- Porque he echado de menos un abrazo tuyo en estos momentos de soledad. Porque son distancia y son recuerdo en las arenas de tu cuerpo el anhelo de haberte poseído en los rincones de mi existencia. Porque él es el único culpable de que te ame.
- Yo he echado de menos el calor de tu voz en los largos anocheceres del destino, en el ocaso de los hilos tejidos por tenues y sublimes suspiros.
- Mi voz sólo tienes que pedirla para tenerla hasta en los amaneceres de tu ombligo.
- Sé, que cuando quiera oír tu voz sólo tengo que abrazar el aire y pedirte ayuda. Pero dime, ¿por qué sigues a mi lado? ¿Cómo puedes levantarte cada mañana a pesar de mis negativas a tu amor?
- Porque el que está fijo a una estrella no se vuelve atrás.
- Gracias Luna.
- Por ti todo, mi Sol.

viernes, 13 de marzo de 2009

¿Cómo te lo puedo explicar?

Quisiera que algún poeta o compositor hubiese escrito sobre lo que yo siento por ti. Quisiera que algún pintor o escultor hubiese intentado plasmar en una gran obra maestra lo que siento. Quisiera tener palabras suficientes o el suficiente conocimiento de todos los idiomas existentes para poder describirlo, pero no puedo. Me siento impotente y no sé cómo explicar todo el amor que siento ni cómo transmitírselo al mundo entero. Me niego a creer que es imposible poderlo tan siquiera insinuar... pero poco a poco voy cayendo en la cuenta de que es así.
Te cantaría una a una todas las canciones de amor que conozco, te recitaría uno a uno todos los poemas que tengo en mi haber escritos por mí o por otros autores, te tocaría al piano las más bellas melodías románticas que existen, te mostraría los más bellos cuadros y estatuas que representan el amor... y sin embargo, todo me parece poco para ti. ¿De qué sirve que te toque "Para Elisa" o un vals de Tchaikovsky, mientras te recito a Bécquer o a Lord Byron o a la mismísima Safo, mientras contemplas un Boticelli o un Miguel Ángel, si son incapaces de expresar lo que siento por ti?
Me convertiría en Tisbe, Hero, Ariadna, Isolda, Julieta, Doña Inés... y cometería las más bellas locuras de amor conocidas. Sería Safo amando a Fadón y te recitaría una vez más al oído el ya famoso: Non ut ames oro, verum ut amare sinas. Sería una Lesbia sumisa y casta; una Friné entregada a su escultor; una Cleopatra de un solo hombre; una Dido que muera por su esposo o por cualquiera que tú quisieras ser, pues no me gustaría seguir viviendo si no te tengo. Puedo ser tu vestal, tu virgen, tu fugitiva, tu diosa, tu heteira, tu geisha, tu puta, tu vecina, tu amiga, tu novia, tu esposa, tu amante, tu compañera, tu sueño, tu fantasma... pídeme lo que quieras que lo seré. Pídeme el mundo, la luna o que me derrita en el Sol o bajo su calor en el desierto, pídeme lo impensable que por ti todo lo haré, pero no me pidas que te explique lo que siento porque no puedo, pues ya tan sólo me queda llorar de impotencia. Sólo sabría repetirme o plagiar y no quisiera aburrirte con tantas cosas pasadas...
¿Qué quieres, qué deseas? Te ofrezco mi cuerpo, mi alma, mi corazón, mi amor, mi vida, mi amistad, mi ser... Te juro y perjuro por quien me pidas: te amo de manera sobrehumana y hoy por hoy sé que siempre te amaré más de lo que hoy te escribo en estas líneas. Sólo espero que sepas comprender lo que he intentado decirte y que sientas por mí, tan siquiera, la mitad de lo que yo siento por ti, pues ya sería inmenso tu amor y me daría por amada para el resto de mi vida.

sábado, 7 de marzo de 2009

No había arpa...

No había arpa en el ángulo oscuro
Mas el salón rebosaba acordes,
Acordes cual trinar de primavera
Que embriagaban con su perfume
Las paredes de la estancia.
La melodía susurraba cadencias
Que tus manos tornaban palabras.
Palabras que me hablaban
De un mundo de paz y tranquilidad
Que solo podría encontrar en tu mirada.
Armonías que se desprendían
Del silencio de tu presencia
Que me decían con tus manos:
“Hay momentos y amigas
Que son para toda la vida.”

domingo, 1 de marzo de 2009

Susana

Susana me miró seria,
Sus ojos tristes la delatan:
Está intentando salir,
Pero el mundo la presiona.
Tiene carisma y fama,
Nada puede salir mal,
Pero se reveló aquel día
Dejando su vida expirar.

Carta a un amigo herido

Querido Amigo,

¿Recuerdas cuándo no nos necesitábamos? Éramos los mejores amigos, como hermanos. Entendíamos que nunca estaríamos solos. Solíamos sentir que el tiempo nunca pasaría, pero esos días se han ido y ahora te deseo tanto, que las noches son largas y necesito tu tacto. No sé que decir, nunca quise sentirme así, pero no quiero volver a estar sola ni una noche más.
Cuando oigo tu voz empiezo a temblar. Traes de regreso al niño que fui, con el alma corriendo libre. Piensa en lo que podría ser nuestro amor si nuestros corazones nos dejaran ser libres como niños.
Todos los días me despierto y rezo para que vuelvas a mi lado y no tardes, porque desde que te fuiste todo ha ido de mal en peor. Ojala estuvieras aquí, abrazándome, muy cerca... sabes que me volvería loca si apartaras de mí tu corazón. Así que te ruego, por favor, vuelve conmigo. Abre tu corazón y dime que hay en tu mente. Hemos pasado por tanto dolor...
Ahora he de amarte desde la distancia y por las noches creo conseguir abrazarte pero no estás allí, simplemente, ya no estarás más allí aunque sé que todavía te importo. ¡Como hecho de menos tu ternura y los besos tan dulces que me dabas! Pienso en que decirte, pero a veces las palabras se equivocan.
Sin embargo, cuando miro tus ojos comprendo la razón por la que estoy vivo y entonces, el mundo, es tan hermoso. Es un lugar en el que nunca he estado, proviene desde lo más profundo de mí y me está diciendo que estoy a punto de ganar el primer premio pues todo lo que tengo que hacer es extender mi mano hacia ti, pero todo es un sueño.
Quisiera poder cambiar las cosas que te hacen llorar, las cosas que hemos hecho mal y prometerte que no me rendiré porque te estoy esperando con un amor tan fuerte que no puedo pasar otro día más sin tu sonrisa. Sólo si pudiera hacerte cambiar de idea... Sabes que no te perteneceré ni seré libre si fallo en el intento de enamorarte de nuevo, por eso sigo adelante y espero que lo entiendas: hay un corazón destrozado que yace en tus manos, así que si puedo cambiar algo sin herir tu orgullo, ¿me ayudarías a secar las lágrimas de mis ojos? ¿Qué puedo hacer para arreglarlo? Caí tan fuerte, tan rápido... Todo cambió y no sé, como me enamoré de ti.
Está bien, intentaré decirlo correctamente: no quiero seguir en esta vida, no quiero rendirme, lo que quiero es pasar contigo lo que me queda por vivir. No me puedo imaginar la vida sin tu amor, incluso para siempre no me parece suficiente.
Escúchame, deseo apagar la luz contigo a mi lado y hacerte ver que jamás dejaré que otra persona se interponga entre nosotros, porque nadie, nunca, podrá separarnos. Eres especial, eterno, mi sueño hecho realidad. Sabes que siempre atesoraré cada beso y cada día que estemos juntos pues con tan solo una caricia puedes lograr tanto... Sabes que tienes el poder de hacerme débil, que me dejas sin aliento, pero no me importa porque tú eres mi supervivencia.
Le he gritado al aire las palabras que hoy quisiera decirte con la esperanza de que pudieras oírlo, pero estás lejos y mi voz no alcanza los atisbos de tus ojos, mas el vuelo de mi alma ha de llegar a la tuya y el susurrar de mi latir te dirá a voces lo que tanto deseo. Es inevitable no sentir añoranza y recordad que fuiste mío más allá de la distancia. Mi consuelo es recordar y ver que aún me ahogo en el mar de nuestro amor. ¡No temas! No me falta el aire, sólo tú.
¿Qué más puedo añadir? Hubiera deseado que algún poeta o compositor hubiese escrito sobre lo que yo siento por ti; que algún pintor o escultor hubiese intentado plasmar en una gran obra maestra lo que siento. Quisiera tener palabras suficientes o el suficiente conocimiento de todos los idiomas existentes para poder describirlo. Pero no puedo. Me siento impotente y no sé cómo explicar todo el amor que siento ni cómo transmitírselo al mundo entero. Me niego a creer que es imposible poderlo tan siquiera insinuar...pero poco a poco he caído en la cuenta de que es así. Lo siento.
Sólo me queda jurarte y perjurarte que te amo de manera sobrehumana y hoy por hoy sé que siempre te amaré más de lo que hoy te escribo en estas líneas. Sólo espero que sepas comprender lo que he intentado decirte y que sientas por mí, tan siquiera, la mitad de lo que yo siento por ti, pues ya sería inmenso tu amor y me daría por amada para el resto de mi vida.
Perdóname, Amigo...
Adiós.

jueves, 26 de febrero de 2009

Soy...

Soy el silencio de la noche,
el quebranto de las estrellas,
el manto que te cubre
cuando al Amanecer esperas.
Soy el agua que corre
colina abajo de tus muslos,
cuando bajo la cascada
muestras tu cuerpo desnudo.
Soy la hierba que pisas,
la piedra con la que tropezar,
soy el suspiro del viento
cuando hace a las ramas zozobrar.
Soy el horizonte que divisas
cada noche al despertar
de aquel temible sueño
que no deja a tu alma descansar.
Soy paz y soy guerra,
soy murmullo y estruendor,
soy la noche que te ampara...
soy tu musa, soy tu amor.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Natura

¿Cuántas veces debe pasar?
¿Cuánta hambre hemos de sufrir?
¿Cuándo la dejaréis de maltratar?
¿Cuántos seres han de morir?
La Naturaleza pide calma
y ustedes con sus Versaches
no atienden su petición.
¡Pobre Naturaleza
que no viste de ocasión!
Le pagáis con Prestige,
guerras y contaminación;
a pesar de sus llantos
llamáis a la destrucción.
Se portó bien con nosotros
cuando nos echaron del Edén,
nos dio cuanto pedimos
y ahora le somos infiel.
Con versos han comprado
a sus devotos votantes,
con miseria queréis comprar
la rebeldía de los zagales.
Pero hemos abierto los ojos
y nos tendréis que escuchar:
-¡Atended a la Naturaleza!
¡Dejadla ya de maltratar!

lunes, 23 de febrero de 2009

Libros

Paseo por entre fuentes
Con libros bajo mis pies.
Buscando en sus aguas
Los ojos de tu ayer.
Desgrano de sus entrañas
Un efímero conocimiento
Que sacian, agua límpida,
La sed de mis secretos.
Tanteo con miedo
Cada poro de tu piel,
Temo caer en ellos
Y no volverte a ver.
Sueño sin éxito
Lo que imagino de ti;
Desprendiendo al compás
De un parpadeo
Los recuerdo ilegibles
De un momento.
Pienso, reflexiono:
Que por estos libros
Donde yo ando,
Andaste tú un día
A la voz de un desamparo.

Conquistar el pasado...

Querido Amor:

Te escribo desde el silencio de la noche y bajo el quebranto de las estrellas para reprocharte mi pérdida.
Cuando te presentaste a mí no me hablaste del dolor, del llanto… de la agonía. Me embriagaste con tus palabras, con tu fragancia a mar… ¡Pero qué necia fui! Ya entonces las caracolas se ahogaban en la orilla ante tal traición.
Pero no lo vi, no lo vi…
Ante mí se alzaba un cielo rosáceo por quien las olas luchaban para llegar a tocar. La luz de Helios caía tenue sobre tus cabellos, realzando tus ojos, perdiéndose en tu cuerpo…
¡Y me confíe! ¡Necia! Tendí mi mano hacia ti, sólo intentaba acariciar tus rizos, la rosa de tus labios por la que mis dedos perdían su templanza…
Quisiera culpar a Eros por tanta devoción, pero tengo la certeza de que no se encontraba allí, de que ningún dios propició tal encuentro y, sin embargo, sucedió. Te encontré… Y aquel invernal jardín de espinos floreció en rosas y lirios, las amapolas guiaban mi camino y el canto de filomena era mi compaña.
No caminabas conmigo, pero estabas a mi lado, siempre a mi lado.
Pero poco a poco comenzaste a quedarte atrás, a caminar más despacio. Las flores comenzaron a marchitarse, Helios se tornaba plata y filomena se oscureció… era su graznar mi compañía.
Me sentía cual Orfeo en su heroicidad. Tan cerca de tener a su amada, tan cerca estuvo, tanto la ansiaba que tan siquiera Amor o la voz de su música le dio paz para no mirar.
Me convencí de no volver la vista atrás, de no esperar, de continuar por miedo a que te desvanecieras cual Eurídice y sin embargo… te perdí.
Cuando la ansiedad me devoraba, cuando mi alma más te necesitaba, cuando más se oscureció nuestro camino, cuando mi voz se desgarraba en el silencio de la noche, cuando ya no pude continuar… volví.
Me volví y no estabas. Quise deshacer mi camino, pero se alzaron negros muros ante mí. No pude saltarlos, no pude rodearlos, escalarlos… me vi obligada a proseguir sin ti.
Nunca supe en qué punto del camino te quedaste, en qué punto del camino me cegué, te olvidé, te perdí…
Hoy día sigo mi camino, mi oscuridad… pero cuando más débil estoy, cuando ya no puedo continuar, cuando tu recuerdo quema mi memoria… deshago mi camino para volver a ti. Llego hasta los altos muros de piedras, altos muros infranqueables, e intento asediarlos, conquistarlos, volver a ti…
Pero qué necia…
Nunca podré conquistar mi pasado.

Adiós Amor.